por Judith Evans
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Era solo cuestiĆ³n de tiempo antes de que la Ćtica de Vida Consistente me encontrara. Pero tomĆ³ un tiempo. CrecĆ en la dĆ©cada de 1960, criada por padres que se oponĆan a la guerra en Vietnam y defendĆan la no violencia y los derechos civiles para todos. Cuando cumplĆ 18 aƱos, votĆ© por candidatos polĆticos progresistas que apoyaban la justicia social y los derechos de las mujeres. Como estudiante de ciencias polĆticas y derecho, asistĆ a protestas contra la guerra y me opuse al sistema de apartheid de SudĆ”frica.
Sin dudarlo, me considerĆ© proabortista. EscuchĆ© discursos polĆticos y asentĆ con la cabeza cada vez que se mencionaban las palabras de "libertad de elecciĆ³n". Pero tambiĆ©n sentĆ un poco de envidia de los activistas pro-vida y su intransigente defensa de los no nacidos, los mĆ”s vulnerables entre nosotros. Solo deseaba que otros temas que amenazan la vida (guerra, racismo, violencia anti-LGBTQ) se incluyeran en esa defensa.
Cuidar es Pro-Vida
Durante mis aƱos como cuidadora de mi madre, comencĆ© a echarle otro vistazo al tĆ©rmino āpro-vidaā. EscuchĆ© de varios grupos de apoyo para cuidadores que ācuidar es pro-vidaā. Como mi madre requerĆa mĆ”s y mĆ”s ayuda con la vida diaria, tuve presente esa afirmaciĆ³n.
TambiĆ©n tuve en cuenta las firmes creencias pro-vida de mi esposo. Mientras lidiaba con sus propios problemas de salud y PTSD, me inspirĆ³ (Ā”y aĆŗn lo hace!) con su dedicaciĆ³n al valor de cada ser humano.
ObservĆ© cĆ³mo mi madre sufrĆa una dolorosa y desalentadora herida crĆ³nica en el pie. CambiĆ© los vendajes, la ayudĆ© a vestirse y asistĆ a interminables citas en la clĆnica de heridas. Mientras tanto, la insuficiencia cardĆaca congestiva y la demencia estaban cobrando su precio en su cuerpo y mente. Mi madre no podĆa recordar cĆ³mo usar un telĆ©fono y no sabĆa su direcciĆ³n. Cuando se mudĆ³ a un hogar de ancianos, hubo momentos en los que ni siquiera me conocĆa.
Me di cuenta de que no pensarĆa en medir el valor de mi madre segĆŗn sus capacidades. Entonces, ĀæcĆ³mo podrĆa descartar a una persona no nacida como un "grupo de cĆ©lulas"? AĆŗn asĆ, no pude reconciliar mis creencias polĆticas progresistas con el movimiento pro-vida, que parecĆa alinearse con plataformas polĆticas conservadoras.
Ćtica de Vida Consistente
Me di cuenta de la Ćtica de Vida Consistente poco despuĆ©s de la muerte en 2016 del activista contra la guerra Padre Daniel Berrigan. Me sorprendiĆ³ saber que este hĆ©roe polĆtico mĆo se habĆa opuesto al aborto y era un defensor de la Ćtica de Vida Consistente. Mi corazĆ³n se suavizĆ³ un poco mĆ”s hacia los "pro-vida" cuando me imaginĆ© a Berrigan en sentadas contra el aborto.
No podrĆa discutir la afirmaciĆ³n de Daniel Berrigan de que āuna sociedad decente no deberĆa tener mĆ”s una clĆnica de aborto que un PentĆ”gonoā. Finalmente, āpro-vidaā comenzĆ³ a tener sentido para mĆ. HabĆa un lugar para personas como yo, que creen que todas las personas, tanto las nacidas como las no nacidas, merecen protecciĆ³n y dignidad.
No violencia para Todos los Humanos
Me consumĆ con la investigaciĆ³n de la Ćtica de Vida Consistente. DescubrĆ una organizaciĆ³n llamada Rehumanize International y leĆ todo lo que pude en su sitio web. Me llamĆ³ la atenciĆ³n un libro blanco titulado Restaurar el CorazĆ³n: Sanando el Trauma Comunitario del Aborto por un Sistema de Justicia Restorativa. Me enamorĆ© de la idea de la sanaciĆ³n y la restauraciĆ³n de todos los que se ven afectados por el aborto, incluidos los proveedores de servicios de aborto.
Me emocionĆ³ encontrar este enfoque holĆstico de arriba hacia abajo para la justicia social. Finalmente encontrĆ© mi tribu: defensores de una cultura de la vida que apoya la dignidad, la seguridad y las polĆticas que afirman la vida para todos los seres humanos. Ya no tenĆa que bailar alrededor de la desconexiĆ³n de mis propios puntos de vista polĆticos. Ā”Finalmente! Mi corazĆ³n progresista habĆa encontrado un hogar en la Ćtica de Vida Consistente.